El rol de género: una categoría en movimiento que cuestiona la inmovilidad dictatorial cubana posterior a 1959 en
Viaje a La Habana
, de
Reinaldo Arenas

 

 

Jailer de Jesús Sánchez Madrigal

Temple University

 

La narración en Viaje a La Habana, presenta en algunos personajes masculinos la movilidad del rol de género en contraste con la inmovilidad que impone la dictadura (1) castrista en el poder. El acercamiento teórico que propongo para analizar la obra sigue la teoría de género de Judith Butler. Las variaciones del rol de género responden a la concepción performativa que Butler tiene del mismo, la cual implica movimiento y constructividad. En cambio, la Revolución cubana de 1959 se caracteriza por la rigidez del pensamiento gubernamental que obstruye la libre expresión de los ciudadanos.

La novela está compuesta por tres relatos en los que coincide la idea de viaje que encabeza el título de la misma. El significado que tiene el viaje en la economía del texto de Arenas ha sido valorado por Jorge Olivares apoyado en el tercer relato, del mismo nombre que la novela: “Viaje a La Habana es, como lo apunta el título, un viaje a La Habana, pero es un viaje espacial y temporal a la vez” (281). Olivares defiende la idea de que en el tercer relato, Ismael viaja a La Habana: “llevado por la imaginación” (281). Tal vez Olivares tenga razón, o quizá Israel sí realizó el viaje realmente; sin embargo, lo más importante es considerar la presencia de la isotopía del viaje. El viaje implica el movimiento que se refleja en toda la obra con la inconformidad del rol de género que desempeñan los personajes y su deseo de escape del lugar físico en el que se encuentran, ya sea La Habana o New York.

La narración expone la discriminación y represión que sufren los homosexuales, y los efectos que siguieron en la sociedad cubana con el aferramiento al poder del dictador Fidel Castro. En su artículo, Marylin Bobes, resalta la situación que viven los homosexuales desde el testimonio personal de Arenas en su libro autobiográfico:
 

Reinaldo Arenas, quién convierte su testimonio Antes que anochezca en un alegato político donde la relación erótica se banaliza y se reduce a una suerte de persecución del placer cruelmente castigada por las instituciones y que parece, en sus historias, socialmente aceptada y permitida por los miembros de la comunidad. (El homosexualismo en la Literatura Cubana)

 

El cambio de rol de género se destaca en algunos personajes de los tres relatos. El primer relato, "Que trine Eva", presenta a Ricardo, un personaje masculino que estando casado, deja a su esposa y se marcha con un ‘muchacho’. En el segundo, "Mona", al personaje masculino lo encarna Ramón; pero, también Leonardo, quien es en realidad un hombre encubierto detrás de una imagen femenina y atractiva: Elisa. Finalmente en el último, "Viaje a La Habana", hay tres personajes masculinos: Sergio, Ismaelito y su padre Ismael, los dos primeros implicados respectivamente en una relación erótica con Ismael.
Las variaciones de roles en cada personaje crean un estado de movimiento que está reflejado en toda la novela. El movimiento implica el cambio y, por ende, la transformación que se evidencia en el rol de género como el hilo conector que enlaza a Ricardo, Ramón, Leonardo, Sergio, Ismael e Ismaelito. El rol de género que juegan estos personajes no se mantiene estable, cambia según las circunstancias y el tiempo. En este sentido es importante considerar el enfoque de Judith
Butler en Gender trouble: Feminism and the Subversion of Identity, donde defiende su visión performativa (2) del género en su dimensión cambiante:


Acts, gestures, and desire produce the effect of an internal core of substance, but produce this on the surface of the body, through the play of signifying absences that suggest, but never reveal, the organizing principle of identity as a cause. Such acts, gestures, enactments, generally construed, are performative in the sense that the essence or identity that they otherwise purport to express are fabrications manufactured and sustained through corporeal signs and other discursive means. That the gendered body is performative suggest that it has no ontological status apart from the various acts which constitute its reality. (173)

La tesis principal de Butler consiste en considerar el género como performativo y por lo tanto no estable a lo largo de la vida de un sujeto. Dependiendo de la decisión del sujeto, éste se puede ubicar a su gusto en un género o en otro partiendo de una lista que excede el par tradicional. En "Que trine Eva", hay un recorrido por toda la Isla de Cuba donde Ricardo manifiesta un proceso de cambios en su comportamiento que su esposa nota. Lo siente distante, que se le escapa, en ocasiones le parece preocupado o que se disolvía en el aire (Arenas 43). Finalmente, la transformación de Ricardo se hace evidente:


Vi al muchacho ponerse de pie, echar a andar con pasos viriles, atravesar todo el salón y dirigirse hasta el extremo donde tú estabas desfallecido. Lo vi llegar hasta ti, y mirarte. Lo vi extender una mano y ayudarte a incorporar. Y ahora vi a las dos serpientes caminando por sobre el promontorio de las rocas. ‘Que trine Eva’, ‘Que trine Eva’, cantaban con voces increíblemente claras mientras se perdían por entre los derriscaderos y las tunas, rumbo al mar. (Arenas 53)

 

La frase Que trine Eva, titula el primer relato y aparece explícitamente en la narración dicha por Ricardo cuando abandona a su esposa. En el contexto cubano la frase tiene una fuerte connotación cuyos significados Francisco Soto señala: “In Spanish the verbo ‘trinar’ means to sing or warble (ornithology) but it also means to be angry, hopping mad” (103). Ricardo abandona a su esposa, se va con el joven y no le importa la reacción que pueda ocasionar su actitud. A Ricardo no le importa su esposa, ni tampoco el medio social; le importa otro hombre, y esto implica un cambio de rol y una transformación del género. Este proceso es el que Butler describe y apoya en su teoría performativa.

La intolerancia del sistema dictatorial castrista se destaca por cualquier manifestación que sobresalga o sencillamente llame la atención. Soto destaca la reacción oficial ante el comportamiento de Evattt y Ricardo:


The last sentence of this quotation mentions the systematic persecution and harassment that Evattt and Ricardo are forced to endure. In the text Evattt’s and Ricardo’s persecutors are never identified directly, but the reader can infer that the revolutionary government is cracking down on what it considers inappropriate and scandalous acts that undermine revolutionary values. (98)

 

El comportamiento de esta pareja rompe con el orden esquemático implantado en la Isla, por eso son perseguidos y vigilados. Este elemento es importante para considerar la magnitud que representa el cambio del rol de género de Ricardo en el medio social cubano. Sin embargo, en el texto el narrador no le da seguimiento a la nueva pareja de Ricardo y el joven; pero, el hecho en sí tiene un gran significado liberador en medio del contexto de vigilancia, persecución y represión. En este hecho, Soto señala la coincidencia con otros textos de Arenas: “The young fisherman extends his hand out to the exhausted Ricardo and leads him toward the sea, which here, as in many other texts by Arenas, is read as a symbol of freedom” (102). La libertad en este contexto es elemento clave que cuestiona al sistema represivo.

El proceso que experimenta Ricardo implica un análisis desde el punto de vista de la identidad dentro del contexto performativo de Butler. En este sentido es necesario considerar que Butler cuestiona la reducción de los sexos y de los géneros a dos: masculino y femenino, porque considera que de esta manera se anularía la correspondencia del sistema binario de géneros en una relación mimética a los sexos. La nueva condición de Ricardo cambia su identidad en el nuevo rol de género que proyecta. El era esposo de una mujer a quien ahora abandona para irse con un muchacho que tiene: “pasos viriles” (53). Según Butler, es necesario acudir a las teorías estructurales del lenguaje donde destaca de Saussure el carácter total y cerrado del lenguaje como sistema y la relación arbitraria, dentro de él, entre significante y significado:
 

The masculine subject only appears to originate meanings and thereby to signify. His seemingly self-grounded autonomy attempts to conceal the repression which is both its ground and the perpetual possibility of its own ungrounding. But that process requires that women reflect that masculine power and everywhere reassure that power of the reality of its illusory autonomy. (57)

 

Butler defiende que: “when the demand that women reflect the autonomous power of masculine subject/signifier becomes essential to the construction of that autonomy and, thus, becomes the basis of a radical dependency that effectively undercuts the function it serves” (57-58). Sin embargo, lo que más le interesa del postestructuralismo es la  ruptura que existe entre significante y significado que se convierte en la différance (3) operativa e ilimitada del lenguaje y que implica una referencia constante hacia un desplazamiento ilimitado. En este sentido, Butler presenta la relación significante y significado que se ha establecido entre los géneros masculino y femenino. Además, insiste en que más le interesa el distanciamiento que se produce en el interior del estructuralismo del lenguaje.

La postura de Butler abre infinitas posibilidades de expresar el género y no ser cuestionado por un enfoque reduccionista que limita a Ricardo, en este caso, a ubicarse en uno de los dos roles hasta entonces concebidos: masculino o femenino. La crítica a la postura de Butler ha sido controvertida; Elvira Burgos, por ejemplo, apunta sobre la vulnerabilidad de la identidad en la teoría de Butler: “Performativity is precisely what will determine the constant instability. However, this postulation of identity as the temporary result of a never-ending action does not put an end to the problem of gender” (162). La inestabilidad y el consecutivo proceso de cambio es algo que, para Burgos, resta precisión a la teoría. Asimismo, señala que: “Performativity is best understood in its linguistic dimension. This way, gender is not understood as an interior essence, nor a volatile exterior surface but as the result derived from a repetition, a citation, of some norms which precede, exceed and restrict those who enact them” (Burgos 164). Para Burgos, el término ‘performatividad’ no está lo suficientemente desarrollado como debiera si fuese analizado desde una dimensión lingüística.

La crítica a Butler se debilita ante la realidad que analiza. En la novela se destaca el cambia de rol en Ricardo y, por tanto, su relación erótica cambia también. El comienza a sentirse atraído por alguien del mismo sexo y su proyección varía, primero ante una mujer y luego ante otro hombre. Este tipo de transformación del género en el tiempo tiene su explicación racional a través de la performatividad de Butler. No obstante, hay que considerar que Butler sí tiene en cuenta las teorías estructurales del lenguaje. Toma de Saussure el carácter total y cerrado del lenguaje como sistema y la relación arbitraria, dentro de él, entre significante y significado. Sin embargo, lo que más le interesa del postestructuralismo es la  ruptura que existe entre significante y significado que se convierte en la différance operativa e ilimitada del lenguaje y que implica una referencia constante hacia un desplazamiento ilimitado. En este sentido, Butler presenta la relación significante y significado que se ha establecido entre los géneros masculino y femenino:


The masculine subject only appears to originate meanings and thereby to signify. His seemingly self-grounded autonomy attempts to conceal the repression which is both its ground and the perpetual possibility of its own ungrounding. But that process requires that women reflect that masculine power and everywhere reassure that power of the reality of its illusory autonomy. (57)

 

En su postulado, Butler defiende que: “when the demand that women reflect the autonomous power of masculine subject/signifier becomes essential to the construction of that autonomy and, thus, becomes the basis of a radical dependency that effectively undercuts the function it serves” (57-58). No obstante, insiste en que más le interesa el distanciamiento que se produce en el interior del estructuralismo del lenguaje. A pesar de la crítica, la teoría performativa de Butler ha prevalecido, pues constituye una alternativa para explicar el movimiento que experimenta la identidad de género en las personas. El rol de género del personaje Ricardo ha dado un vuelco en la novela; ha roto con su estatus marital para unirse con un muchacho de su mismo sexo con quien comienza a jugar un nuevo rol.

El segundo relato, “Mona”, describe la relación erótica entre Ramón y Leonardo. Ramón Fernández es un cubano que salió de Cuba con el grupo de El Mariel, estaba radicado en New York y trabajaba: “como security en el Wendy’s que está en Broadway entre la 42 y 43 calles” (Arenas 67). En su trabajo pone gran atención a su apariencia física y se concentra en sus dotes como conquistador de mujeres que trabajan o frecuentan el lugar (Arenas 67-68). La influencia del medio es algo importante a considerar en cuanto a la manifestación del género. Ramón afirma estar trabajando en el mismo lugar desde que llegó a New York, por la noche y en contacto con muchísimas personas, entre las que resalta a las mujeres. Todas estas circunstancias revelan cómo el medio está influyendo sobre Ramón y su conformidad con el mismo, ya que el día en que conoce a Elisa reconoce estar adaptado a esta vida: “Estaba, pues, en esa actitud de alerta, mirando para la calle en busca de una mujer digna de guiñarle un ojo o hacerle alguna otra señal, cuando se detuvo frente al establecimiento un ejemplar femenino verdaderamente extraordinario” (Arenas 68). El medio en el que estaba le estimula a fortalecer su vida promiscua y afianzarse en un rol de género que cambia cuando profundiza su relación erótica con Elisa.

En este contexto es importante considerar en el libro de Anne Cranny-Francis la teoría de tecnología de género propuesta por Teresa de Lauretis. Esta teoría plantea que el género no es algo que existe en los organismos, sino que es el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales por el despliegue de una compleja tecnología política que ve la construcción del sexo y sus manifestaciones a través de lo que Althusser llama "aparatos ideológicos del Estado" tales como los medios de comunicación, las escuelas, la familia y otros (Cranny-Francis 50). Con este planteamiento Lauretis defiende la idea de que el género es resultado de un proceso educativo que depende de la influencia del medio social.

Es importante la acotación que hace el narrador Daniel Sakuntala para calificar a Ramón como uno de los emigrantes que salieron de Cuba por: “el puente marítimo de El Mariel” (Arenas 61).  El fenómeno y la caracterización de las personas que salieron por esa vía están concretamente resumidos por la socióloga cubana-americana Silvia Pedraza:


Esas visitas fueron parcialmente responsables de la tercera ola: el caótico éxodo de embarcaciones que partieron de la bahía del Mariel en 1980, trayendo más de 125,000 cubanos a Estados Unidos. Los cubanos embarcaron desde Miami para traer a sus familias a EE.UU. Muchos lo consiguieron aunque también tuvieron que traer a otras personas que los funcionarios cubanos pusieron en sus embarcaciones. Estos incluyeron a quienes Castro calificó de ‘escorias’: presos (presos políticos o verdaderos criminales); enfermos mentales y homosexuales. Muchos de los que salieron por el Mariel habían participado en instituciones políticas como la Unión de Jóvenes Comunistas o los Comités de Defensa de la Revolución, lo que suponía una fuerte integración política. Eran los hijos de la doble moral. (Olas migratorias desde 1959)

 

Este fragmento descubre a los marginados por la dictadura de Castro. El texto no habla de la vida de Ramón en Cuba, tampoco dice que tiene familia en los Estados Unidos. Por tanto, luego de leer el estudio de Pedraza podemos concluir que Ramón es uno de los llamados escorias. Su conducta social sólo se conoce a partir de su estancia en New York donde está cada vez más estimulado a llevar una vida inestable sexualmente. El rol de género en Ramón está orientado hacia lo masculino y parece bien afianzado por la aceptación de la mayoría de las mujeres que intentaba conquistar. Pero con Elisa, su vida cambia. El queda verdaderamente impresionado con ella, la ve guapa y diferente a las demás; incluso, cree que es griega. Sin embargo, en su cotidiana relación con ella comienza a darse cuenta de que hay inestabilidad en su voz, en su cuerpo y en su relación (Arenas 69-70). La importancia del cuerpo es un elemento importante en la proyección del género. Elin Diamond destaca en su artículo cómo Butler lo tiene en cuenta cuando refiere a lo que implica el hecho de la repetición en la formación del género: “it also comes to suggest temporality, history, and politics, marking the desires to reconfigure, reinscribe, resignify the law (culture, social, linguistic)” (Re: Blau, Butler). Sin embargo, algunos críticos quedan insatisfechos con el nivel de profundidad con que Butler desarrolla este tema. En el libro de Joseph Harris, Nicholas Hammond plantea que: “Butler’s exploration of cross-dressing does not examine the importance of the body” (67-68). Diamond estudia el tema del cuerpo en función de la teoría de Butler y lo considera insuficiente dentro del marco teórico que ella elabora.

Ramón  descubre que Elisa sale de madrugada para encontrarse con otros hombres (Arenas 74-75). Desde este momento su autoestima comienza a verse cuestionada y con ello reaparece el conflicto de identidad: “En resumen, estaba ante un hombre de más de quinientos años de edad que se había convertido en mujer y era además una pintura” (Arenas 84). El conflicto finalmente culmina con el descubrimiento de Elisa como hombre transformista. En el personaje de Elisa vemos la delicadeza con que el tema del género ha de ser tratado en la actualidad, así lo afirma Cranny-Francis: “For gender studies this is the principal contribution of men’s studies - that it does, in its very different ways, highlight the constructedness of contemporary gender roles, and so acknowledges gender as a social practice rather tan a natural attribute” (82). Cranny-Francis revela la seriedad con que debe ser tratado el tema del género de manera teórica. Por su parte Arenas, presenta en la práctica el caso concreto de Elisa, viviendo una situación actual, que necesita ser considerada.

La relación entre personas del mismo sexo es algo que Butler considera como una relación de reciprocidad: “the relation of reciprocity established between men, however, is the condition of a relation of radical nonreciprocity between men and women and a relation, as it were, of nonrelation between women” (53). En este intercambio intersubjetivo, Butler observa un proceso performativo que ha sido cuestionado por la crítica. Por ejemplo, Kathy Dow Magnus destaca: “Butler’s notion of performative subjectivity has also provoked severe criticism. Most famously, Seyla Benhabib has argued that Butler reduces the subject to a mere effect of language” (81). En efecto, Butler no puede escapar de la influencia del lenguaje en su apología performativa porque está todo el tiempo trabajando con los términos sexo y género de manera que quepa en ellos cualquier variante posible de la realidad.

La postura de Butler genera polémica cuando analiza la sensación de ‘crisis’ que domina el debate contemporáneo sobre las categorías de sexo/género y las repercusiones que tiene el mismo en la representación de los organismos políticos de la sociedad. Fiona Webster considera que este debate es un producto de la confusión de cuestiones teóricas y políticas, y que: “the debate between them provides the basis for a direct critique of Butler’s rejection of the sex/gender distinction and her performative account of those categories” (Webster 2). Sin embargo, en el mismo artículo expone la crítica que Seyla Benhabib hace a la teoría de Butler: “The first is the critique of identity categories and identity politics which she understands to be at work in so-caller postmodern theory. The second is Butler’s account of gender as performance” (Webster 3). Si bien es cierto que hay diversidad de opiniones con respecto a la teoría performativa de Butler; hay que considerar que está en un proceso de evolución, en el que la misma crítica está contribuyendo a enriquecerse y paulatinamente contribuyen a dar una explicación al fenómeno del género en la sociedad contemporánea.

El contexto social tiene alto grado de importancia en "Viaje a La Habana". La revolución cubana se ha caracterizado por la represión y persecución de todos aquellos ciudadanos que manifiestan, de una forma u otra, modos de pensar y actuar diferentes a las normas establecidas por la dictadura castrista. John Hillson comenta en su artículo varios materiales fílmicos que proyectan la situación de la homosexualidad en la Cuba castrista. Hillson se refiere específicamente al filme Fresa y Chocolate, como un ejemplo representativo de la discriminación de los homosexuales en los años 90:


But the campaign began to founder in the face of significant changes in Cuba. This evolution is symbolized in Tomás Gutiérrez Alea's landmark Cuban film, Strawberry and Chocolate (released in the U.S. in 1994), which skewered dogmatic features of the Cuban Communist Party and attacked anti-gay prejudices. (The Sexual Politics of Reinaldo Arenas)

 

El tercer relato cuenta la vida de Ismael. El vivía en Cuba, con una familia estable, casado y tenía un hijo. Sin embargo, su vida cambia después que conoce a Sergio: “un cuerpo real, un joven y bello cuerpo deseoso de ofrecerse. Se amaron desenfrenadamente” (Arenas 105). Esta relación erótica resulta ser una prueba irrefutable de una acusación por violación que Ismael tiene que asumir. La narración destaca dos cuestiones importantes, una es el cambio de rol de género; Ismael ha encontrado otra manifestación de su sexualidad en la que se siente feliz: “Así, en el suelo, todavía abrazados, se quedaron por un rato. No se trata de una compensación o de un desahogo, pensó Ismael (la cabeza todavía colocada sobre el vientre del muchacho), es la felicidad” (Arenas 105). La otra cuestión es el proceso de marginación que sufre Ismael por ser homosexual:


Al otro día salí en cordillera, es decir con otros cientos de presidiarios, para un campo abierto, es decir para un campo de trabajo forzado. No, no se trataba de darse por vencido, se trata sencillamente de una vez más sobrevivir; resistir el trabajo, el frío, el calor, las madrugadas, los golpes, el hambre, y, sobre todo, resisitir a esos espléndidos, aunque esclavizados, cuerpos de los jóvenes presidiarios. (Arenas 109)

 

Resulta paradójico hablar de una teoría performativa que exige cambios, en un medio dictatorial, donde los mecanismos represivos están en función de mantener el control y velar por el fiel cumplimiento del mismo. Sin embargo, hay en el personaje de Ismael un cambio que lo domina e impulsa a encarnar la vida de un personaje homosexual, enfrentarse al medio y romper con todo su pasado. La irracional persecución de los homosexuales es un aspecto que Bobes destaca como algo importante que en esta novela Arenas destaca:


En su relato Viaje a La Habana, donde la tragedia del protagonista se reduce a la sanción de que es objeto por un tribunal tras haber sostenido relaciones sexuales con un menor. Los demás personajes del cuento, incluida la esposa, parecen entender y admitir el hecho del modo más natural. El narrador llega hasta el extremo de referir una relación homoerótica entre padre e hijo, provocada por este último sin el menor escrúpulo y sin que el hecho adquiera para ambos la menor importancia afectiva o emocional. (El homosexualismo en la Literatura Cubana)

 

La importancia del contexto histórico es relevante para entender a plenitud todo lo que se expone en esta obra. El factor histórico es algo que Butler tiene en cuenta en su teoría porque  la performatividad del género se efectúa en condiciones históricas concretas, es por eso que cambia constantemente. No obstante, Harris le señala a Butler una laguna al respecto: “Yet these problems of ahistoricity can be most helpfully explored through a second lacuna in Butler” (67); a la vez, Harris reconoce que: “Above all, Butler’s theories are profoundly ahistorical; although not in itself a criticism, this does mean that she can tell us little about their particular ways in which sex and gender might be constructed in different historical or geographical contexts” (67). La contextualización histórica tiene muchos matices que son difíciles de considerar cuando se está estableciendo una teoría general. Butler sí tiene en cuenta este factor y lo deja abierto para que se aplique en cada circunstancia según corresponda. En Viaje a La Habana, el contexto histórico explica la represión del género en condiciones aparentemente normales e inmóviles.

Soto integra la compleja situación que se da en Ismael entre la performatividad del género y la situación política: “Arenas infuses a political and humane message into ‘Viaje a La Habana’ by linking the searches for a homosexual and national identity” (120). Esta misma realidad es la que de una u otra forma está presente en la economía de Viaje a La Habana. Ricardo, Ramón, Leonardo, Sergio, Ismael e Ismaelito están conectados por la movilidad del rol de género en contraste con la inmovilidad que está presente en Cuba. Butler, con su teoría performativa justifica el movimiento en los cambios de roles de los personajes analizados y contribuye a ver la marginación que sufren cuando se les niega, castiga y reprime la posibilidad de  construir libremente su género.

 

Notas

 

(1).  Dictadura, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua está definida en una de sus variantes como: “Gobierno que, bajo condiciones excepcionales, prescinde de una parte, mayor o menor, del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad en un país”. Es decir, la autoridad en este tipo de gobierno se ejerce arbitrariamente según parámetros que rompen y no tienen en cuenta el orden ya establecido; además, según expresa el mismo diccionario en otra de las significaciones que ofrece: “Gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente”. La rigidez de pensamiento de este tipo de gobierno domina todas las áreas de la sociedad y no permite la movilidad ni el cambio.

 

(2).  Judith Butler desarrolla la teoría de la Performatividad del género, que significa que el género se construye en el tiempo. Ella reconoce que es difícil decir con exactitud lo que es performatividad, no sólo por lo que significa el término en sí, también por lo que puede significar, ya que cambia con el tiempo. En su libro Gender trouble: Feminism and the Subversion of Identity, Butler explica cómo se construye el género y defiende su visión performativa del mismo. Añade, critica o apoya teorías ya conocidas, y en su conjunto presenta al género en su dimensión cambiante.

 

(3).  Différance. “In his 1968 essay, “Difféfance,” Derrida describes the process of spatial and temporal movement that he claims makes all thought and all reality posible. To justify it, he draws on the work of Saussure, Heidegger, and Nietzsche. He also alludes to the work of the pre-Socratic philosophers such as Anaximander” (Derrida 278)

 

 

Obras citadas

Arenas, Reinaldo. Viaje a La Habana. Miami: Ediciones Universal, 1995. Impreso.

 

Bobes, Marylin. “El homosexualismo en la literatura cubana: algunas aproximaciones a un tema tabú.” La Jiribilla (2002): N. pag. Red. 18 abr. 2009. <http://www.lajiribilla.cu>.

 

Burgos, Elvira. “Vulnerable Identity and Agency: Judith Butler.” Interculturalism: Between Identity and Diversity (Jan. 2006): 161-87. Impreso.

 

Butler, Judith. Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity. New York and London: Routledge, 1999. Impreso.

 

Cranny-Francis, Anne et al. Gender studies: terms and debates. New York: Palgrave, 2003. Impreso.

 

Derrida, Jacques. “Différance.” Literary Theory: an Anthology. Ed. Julie Rivkin y Michael Ryan. Malden: Blackwell, 2004. 278-99. Impreso.

 

Diamond, Elin. “Re: Blau, Butler, Beckett, and the Politics of Seeming.” The Drama Review 44.4 (Winter 2000): N. pag. MLA. Red. 6 mar. 2009.

 

“Dictadura.” Diccionario de la Real Academia Española. Madrid: Editorial Espasa Calpe, 2001. Impreso.

 

Harris, Joseph. “What Butler Saw: Cross-Dressing and Spectatorship in Seventeenth-Century France.” Paragraph 29.1 (Mar 2006): 67-79. Impreso.

 

Hillson, John. “The Sexual Politics of Reinaldo Arenas: Fact, Fiction and the Real Record of the Cuban Revolution NY Transfer News (2001): N. pag. Red. 17 abr. 2009. <http://www.blythe.org/arenas.html>.

 

Magnus, Kathy Dow. “The Unaccountable Subject: Judith Butler and the Social Conditions of Intersubjective Agency.” Hypatia 21.2 (Spring 2006): 81-103. Impreso.

 

Olivares, Jorge. “¿Por qué llora Reinaldo Arenas?” MLN 115 (2000): 268-98. Impreso.

 

Pedraza, Silvia. “Olas migratorias desdes 1959: entre el desencanto y la desesperanza”. Nuevo Herald (Feb. 2009): N. Pag. Red 22 abr. 2009. <http://www.elnuevoherald.com/reportes/story/217444.html>.


Soto, Francisco. “Journey to the Source: Viaje a La Habana.” Reinaldo Arenas. New York: Twayne, 1998. 94-123. Impreso.

 

Webster, Fiona. “The Politics of Sex and Gender: Benhabib and Butler Debate Subjectivity.” Hypatia 15.1 (Winter 2000): 1-22. Impreso.