Guerra, exilio e
imágenes transatlánticas. Un
análisis de
Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y
Técnicas
Universidad de
Buenos Aires
Como
anudada al corazón, la sierpe,
breve, más decidida, del destierro,
me come a sentimientos,
a dulcísima noche desvelada,
a enemigas caricias de memoria,
a terca soledad desamparada.
Lorenzo Varela, "Duelo..."
Georges Didi-Huberman
Del
importante conjunto de exiliados republicanos españoles que
llegó
a
Si bien
los estudios sobre la temática del exilio en Argentina de estos
intelectuales remiten frecuentemente a esta significación de sus
actividades vinculadas con la edición de libros –en muchos
casos,
en su relación con el auge de esta industria cultural en
América
Latina en los años cuarenta- estas revisiones han transitado de
forma
bastante menos frecuente el terreno de las revistas y publicaciones
periódicas editadas por una parte destacada de este mismo
conjunto de
exiliados. Sin embargo, se puede considerar que el estudio de este corpus permite “completar”
las miradas sobre su proyecto intelectual.
A la
vez, mientras que las lecturas en torno a estos emprendimientos se han
centrado
en la indagación de aspectos literarios y de mercado editorial,
se han
dejado de lado los discursos visuales sostenidos desde estas
publicaciones o se
los ha considerado generalmente como un dato accesorio que venía
a
complementar el texto literario. Sin embargo -siguiendo el planteo de
W.J.T.
Mitchell y la visual literacy-
consideramos fudamental abordar estas producciones visuales en tanto
prácticas
de apropiación y enunciación particularmente
significativas. Apuntando entonces a ampliar las
perspectivas sobre esta producción, se sostiene aquí la
hipótesis de que tanto las selecciones plásticas y
gráficas
como los discursos textuales sobre las mismas incluidos en las revistas
y
publicaciones periódicas constituyeron un aspecto importante
para la
definición de los lineamientos estético-culturales de
este
conjunto de intelectuales. En este sentido, el
presente
trabajo propone el análisis del caso específico de la
revista De mar a mar.
Se
aborda esta publicación entendiéndola como el primer
momento de
un proyecto intelectual y cultural sostenido en Buenos Aires durante
los
años cuarenta por parte de un grupo destacado de exiliados
españoles
–en su mayoría, gallegos- en su diálogo con la
intelectualidad latinoamericana, a la vez que como espacio de
interacción entre artistas exiliados en
Emprendimientos
editoriales
Mientras
que las políticas restrictivas en materia inmigratoria del
gobierno
argentino a fines de la década del 30 intentaban coartar el
acceso al país
de los españoles que huían del franquismo, otras
organizaciones
sociales y redes de solidaridad actuaron como contracara, a
través de
distintas acciones para la instalación de los exiliados. No
sólo
operaron distintas formaciones locales y partidos políticos,
sino que la
existencia de una numerosa comunidad de emigrados a
La
instalación en Argentina de un grupo de editores y libreros que
escaparon
del avance franquista y de la
rígida censura que por aquellos años impidió la
publicación en España de numerosos autores y
títulos desencadenó,
paralelamente, un notable crecimiento de la industria editorial
argentina, con
un pico de producción en 1942. En principio, si la actividad
editorial les
significó la posibilidad de continuar publicando, también
representó
una fuente económica: “edición,
traducción, dirección editorial,
corrección de pruebas y hasta encargados de distribución
fueron
tareas eminentemente españolas en esos años en Buenos
Aires”. (
Schwarzstein, 147)
En lo
que refiere a las tareas de impresión, cabe destacar
especialmente a
La
circulación de obras literarias
y textos clásicos, el lanzamiento de múltiples
colecciones tanto
de obras “universales” como de autores argentinos y
latinoamericanos, la publicación de la
literatura de autores exiliados y de escritores que la censura
impedía
difundir en territorio español fueron constantes, evidenciando la
pujanza de esta actividad. En este proceso, Losada, Emecé y
Sudamericana
fueron “las tres grandes” editoriales, a las cuales se sumaron
múltiples sellos más pequeños, potenciando la
edición
de libros en Argentina y la revitalización del mercado
latinoamericano.
En este sentido, también cabe recordar que México, otro
destino
destacado para una gran masa de refugiados españoles, fue el
otro polo
latinoamericano de esta industria cultural. Entre las editoriales de
México se destaca Fondo de Cultura Económica, empresa
fundada por
mexicanos en 1934 que recibió gran impulso con la
colaboración de
estos exiliados.
Como ya
se ha adelantado, aunque las tareas de edición de libros
constituyeron una
de las actividades destacadas -tanto a nivel cultural como
económico- de
los exiliados españoles, la publicación de revistas
también conformó otro eje de su labor editorial,
destacándose en este plano la acción conjunta de Lorenzo
Varela,
Arturo Cuadrado y Luis Seoane. Si en el caso de los artistas
plásticos
exiliados, Wechsler ha señalado que operaron desde un lugar “de
continua actividad a mitad de camino entre una cierta
integración y una
continuidad con la lucha”, también podría aplicarse esta
misma caracterización a este núcleo de editores gallegos,
quienes
sostuvieron a lo largo de varios años un proyecto intelectual
materializado,
entre otros medios, a través de las revistas culturales.
Así,
con
la aparición de De mar a mar (1942-1943)
comenzó
una tácita secuencia
de títulos emblemáticos de revistas asociadas
especialmente con estos
intelectuales gallegos exiliados en territorio argentino; se puede
trazar un
recorrido virtual que se prolonga con Correo
Literario (1943-1945, dirigida por Lorenzo Varela,
En las tres
revistas mencionadas se privilegió el aspecto literario -tanto
por la
selección de escritos editados como por el lugar destacado que
tuvo la
crítica bibliográfica- aunque también tuvieron una
presencia importante otras disciplinas del quehacer cultural. En este sentido, podemos señalar las críticas
de
exposiciones artísticas, los comentarios sobre libros de arte y
los
ensayos sobre aspectos de la plástica argentina,
brasileña,
uruguaya, mexicana, chilena y española. Jorge Romero Brest, Romualdo Brughetti, Ernesto B.
Rodríguez y
De mar
a mar, exiliados en Argentina
Los
siete números de De mar a mar,
presentada como una revista literaria mensual, fueron
publicados
en Buenos Aires entre 1942 y 1943. Esta publicación estuvo
dirigida por
Arturo Serrano Plaja y Lorenzo Varela; ambos habían participado
del
proceso de desarrollo de la prensa cultural ibérica sostenido a
lo largo
de la década del treinta (3) participando, por
ejemplo, en Hora de España, revista publicada en
Valencia en 1937 y en
Barcelona en 1938. Ya arribados a territorio americano, Varela y Serrano
Plaja también incursionaron en el terreno de las revistas de
exiliados editadas
en México: en 1940-1941 participaron en Romance
–Varela integró el comité de
redacción y Serrano Plaja fue un colaborador frecuente- publicación que presenta mayores
semejanzas con
Fue Lorenzo Varela quien
propuso
el título de la publicación, que además de aludir
a los
vínculos entre América y Europa, o más
precisamente, entre
Argentina y España, citaba en forma encriptada uno de los versos
de
Antonio Machado incluidos en su último libro, La
guerra. (4)
En
el caso de De mar a mar –y en comparación con
la activa
vinculación latinoamericanista que se evidenciaría en las
posteriores Correo Literario y Cabalgata-
es notoria la mirada amplia y
generalizadora hacia lo “español” y lo
“universal”. (5)
En verdad, cabe señalar que en De
mar a mar confluyeron las intervenciones de exiliados
españoles, italianos y alemanes,
con los aportes de
argentinos, mexicanos, brasileños al incluirse textos de Rafael
Alberti, Rafael Dieste, Francisco Ayala, Arturo Cuadrado, Juvenal Ortiz
Saralegui, José Otero Espasandín, Antonio Sánchez
Barbudo,
Bernardo Clariana, Guillermo de Torre, Newton Freitas, José Luis
Romero,
González Carbalho, Pedro Henríquez Ureña,
El
conflicto bélico mundial aparece en De
mar a mar como uno de los marcos privilegiados para los diferentes
análisis de las producciones y políticas culturales, y la
resolución de esta situación crítica no
sólo es
presentada como determinante para la victoria sobre el franquismo, sino
también para el destino de la humanidad toda. Las reflexiones en
torno a
las vinculaciones entre los acontecimientos de la política
internacional
y la posibilidad de continuidad de la producción cultural se
enuncian
explícitamente en el programa:
Una revista que sale a luz en estos momentos,
tiene, de un modo más imperativo que si naciese en otros
apacibles, la
obligación de reflejar de alguna manera el tiempo a que
pertenece. Quienes
hacemos DE MAR A MAR creemos que la obra creadora es siempre el
mejor espejo que los escritores o artistas pueden brindar de cada
tiempo; pero
hoy tienen las horas una categoría tal de fecha decisiva que
requieren
del literato o del investigador o del artista una contribución
moral tan
apremiante que no siempre puede conciliarse con el ritmo de su obra
específica. De
ahí que sintamos la necesidad de anticipar nuestra actitud
ante el presente con pocas palabras; palabras que no pretenden
representar tal
o cual grupo o tendencia y que no tienen tras de sí más
que la angustia
natural de quienes las dicen, aunque con ello signifiquemos claramente
nuestra
posición frente a la guerra actual. Pues creemos que a nadie
puede darle
lo mismo el resultado de la actual contienda mundial, porque eso
sería
tanto como despreocuparse por la existencia misma del hombre y del
pensamiento.
A nosotros desde luego no nos es igual éste o el otro resultado
de
DE MAR A MAR se inicia al calor fraternal de
unos cuantos amigos, europeos y americanos, unos en Buenos Aires, otros
dispersos por el continente. No tenemos otro
propósito que el de recorrer juntos una etapa de labor modesta
que
habrá de tener cauce en estas páginas, sin que nos una
otra cosa
que no sea la lealtad de todos a la libertad de espíritu. (6)
Estos
mismos lineamientos se pueden rastrear a lo largo de la revista, en
algunos
escritos sobre la situación política y cultural de Europa
y la
implícita mirada hacia América como refugio para el
pensamiento y
la “libertad de espíritu”. A pesar de lo enfático de las
notas editoriales, parece que la revista estuviera sobrevolada por el
tono
incierto de aquellos tiempos en los que la definición de la
guerra aún
distaba de esclarecerse. No es el tono de la militancia combativa ni la
declamación heroica las que predominan, sino la
reflexión, la
melancolía o el registro de la tragedia.
La
angustia del exiliado, del perseguido, se explicita concretamente en la
convocatoria
de Serrano Plaja para elaborar un Libro
del éxodo. La incertidumbre y el malestar del indocumentado
aparecen
como eje de una propuesta que apunta a trocar la tribulación en
relato
literario o crónica:
Aun no hace muchos
años la condición de emigrado político era, por su
rareza,
algo así como un honor, concedido a pocos. Hacía falta
ser muy
temido en el mundo entero para hacerse en verdad digno de tal
distinción: la de no conseguir un visado.
Desde entonces acá han sucedido muchas cosas. Tantas, que
aquello que
por su singularidad mereció capítulo aparte […] ha venido
a
constituir norma general para toda una muchedumbre. Toda una
muchedumbre, en
verdad, vive hoy en un “planeta sin visado”. Toda una muchedumbre
sabe de una angustia particular de nuestro tiempo cuál es la
carencia de
“papeles”.
[…] Los que en
este nuevo éxodo hemos podido llegar a las Américas –o a
Inglaterra, o a la U.R.S.S.-; los que en la preocupación diaria
empezamos a olvidar que aun estamos en la “edad del papel”, que sin
embargo conocemos –porque basta la intención de moverse de un
país a otro para que de nuevo el “papel” nos muestre sus
pavorosas fauces-, constituimos la parte minúscula y
privilegiada de ese
mundo. Estamos, pues, en condiciones de dar testimonio especial, para
la
historia, de ese mal peculiar de nuestro tiempo cual es la
emigración
política. Nos dirigimos a todos aquellos que por
oposición
política al régimen que domina en sus respectivos
países
se han visto obligados a salir de ellos. Queremos que entre todos se
escriba el
nuevo LIBRO DEL ÉXODO. Para ello y a título de
sugerencia,
proponemos que cada uno de los que se sientan interesados por nuestra
iniciativa, escriba su Crónica de
la emigración. (Serrano Plaja, 33-34)
En su
convocatoria, Serrano Plaja apela especialmente a “los refugiados
españoles no sólo como núcleo central que
habrá de
integrar el libro, sino también como posible vínculo
orgánico para la realización concreta de la encuesta”.
Este
protagonismo de la temática del perseguido español
también
se evidencia en dos de los homenajes destacados que se incluyen en la
publicación: entre la épica y el dolor, Antonio Machado y
Miguel
Hernández aparecen como figuras que condensan la lucha del
intelectual
contra el avance del totalitarismo, una lucha que ya en esos momentos
aparece
clara y tristemente definida en España, y aun incierta en el
plano
mundial. En este sentido, la revista no sólo se ubica de forma
militante
en el bando antifranquista, sino que también apela a la toma de
posición de los latinoamericanos en una causa de índole
universal:
Este primer número
de De mar a mar incluye el tributo al poeta
muerto en prisión: se reproducen cinco sonetos de El
rayo que no cesa, (8) acompañados
por el dibujo de Manuel Colmeiro Homenaje a Miguel
Hernández y un fragmento de la
“Égloga fúnebre a tres voces y un toro para la muerte
lenta
de un poeta” en
A pesar del interés
en
torno a la problemática española de la guerra y el
exilio,
número a número se constata la incorporación tanto
de
temáticas como de firmas asociadas al campo cultural argentino y
americano; destacados intelectuales
-como José Luis Romero y su
extensa reflexión sobre
“la americanidad”, por ejemplo- (10) dan cuenta de la
apertura de posiciones intelectuales e
ideológicas que proponen los editores.
En
relación con la importancia dedicada por la revista a la
crítica
bibliográfica -la extensa sección “Mirador”-
ésta podría enmarcarse en lo que Zuleta ha definido como crítica de sostén: en
ésta predominan los comentarios sobre publicaciones de las
editoriales
del medio hispano-argentino que, incluidas en las propias revistas ligadas
a este mismo mercado editorial, debían ejercer una
potenciación
del público lector. En este sentido, a los comentarios
bibliográficos hay que agregarles los anuncios
específicos de las
propias casas editoriales: publicidades de Nova, Atlántida,
Poseidón, Sudamericana y Losada aparecen número a
número
anunciando los lanzamientos de nuevos títulos y colecciones.
Entre las
notas aparecidas en esta sección, muchas de ellas corresponden a libros de
arte: la importancia que se les otorga no
sólo da cuenta del interés de Serrano Plaja y Varela en
cuestiones artísticas sino también del lugar destacado
que
ocupó este género en el plan editorial de Losada, Nova,
Emecé o Poseidón, es decir, sellos editoriales
pertenecientes a
españoles exiliados.
Si en De mar
a mar se reseñan
títulos como Tratado del paisaje
de André Lothe, Maruja Mallo,
de Arturo Cuadrado o Tintoretto, de Julio E.
Payró,
entre otros, nos interesa remarcar el texto de Lorenzo Varela que ocupa
un
espacio importante en el primer número: un comentario sobre Eh! los toros (Buenos Aires, Emecé,
1942), volumen con siete xilografías de
Al momento de la aparición
del volumen de Seoane y Alberti, la simbología de la tauromaquia era
ampliamente reconocida y también consagrada
desde la gráfica, por ejemplo, en la serie de estampas goyescas.
Su
vinculación con los tiempos trágicos que se vivían
en la
península ibérica es aludida en el texto de Varela:
“estos
grabados, de tanta realidad en su aire fantasmal, acuñan ese
vago
retorno que se viene notando en muchos artistas y escritores actuales
al camino
mejor del romanticismo. Vago retorno que
busca tanto las espinas hirientes de la realidad más
desesperada, como
los aires más alados de los sueños felices”. Paralelamente
a este planteo implícito respecto de la situación
política
ibérica en particular –y europea en general-, la mirada en torno
al “retorno a las fuentes” que signó parte de la tradición
artística moderna
fue una línea remarcada a través de las selecciones
visuales
propuestas por De mar a mar.
A
continuación de la nota sobre Eh!
los toros, Varela también suscribe un lapidario comentario
sobre Goya de Ramón Gómez de
Precisamente,
el acento en el rescate y preservación de la tradición y
el
patrimonio cultural occidental en paralelo a la mirada en torno al
“vago
retorno” a las fuentes –conceptos que se suceden en las dos
reseñas bibliográficas de Varela- fueron las
líneas
remarcadas a través de las selecciones y discursos visuales
propuestos
por De mar a mar.
Barcazas,
pescadores y sirenas: el
discurso de las tapas
Tomando
en cuenta la pregnancia de sus imágenes, resulta interesante
tomar a las
tapas y portadas internas de De mar a mar
como punto de partida para indagar acerca de la visualidad propuesta
por
¿A
quién correspondió el llamativo y moderno arte
gráfico de
tapa? Si bien este dato no
aparece mencionado, se puede sostener que
el diseño de la publicación fue ideado por Attilio Rossi.
Escapando
del regimen fascista, este artista
gráfico y pintor italiano vivió en Buenos Aires entre 1936 y
1946, años en los que fue el
encargado de las ediciones de Losada. En esos tiempos de llegada a
Fue en el
ámbito de esta editorial, donde tuvieron lugar las primeras
intervenciones de
En el caso de De
mar a mar, Rossi no
sólo fue autor de dos de las siete tapas y de la
mayoría de las viñetas sino que también en el
tercer
número de la revista se reprodujo su pintura al óleo Noche de luna, de marcado clima
metafísico. A la vez, en el séptimo número, una
reseña de una exposición plástica de Rossi fue
espacio
para la reflexión de su lugar como artista en el exilio:
es en verdad este pintor
un espíritu que resume en sí, de manera profunda, la
sensibilidad
destrozada y afirmativa, aún, del emigrado tan difícil de
nuestros días. […] Hay un neo-parnasianismo superrealista, una
abstracción de formas renacientes que significa algo muy
importante
entre el emigrado y su misión en América. Como emigrado,
como
evocador, y como mediterráneo e imaginativo, unas veces mira y
pinta la
materia –la tela calificada del recuerdo-, aquello que dejara en su
lejana patria itálica, y lo pasea por el espacio confundido con
su ansia
y la ficción de su origen.” (Vitureira)
Asimismo,
Rossi tuvo una participación textual en De mar a mar,
con una nota que corrige un comentario de Ernesto Sábato
en Sur, justamente, sobre la
edición de un libro.(13) Es decir, en un
medio gráfico donde predominaron
las voces vinculadas a la literatura, Rossi ocupó un lugar de
enunciación especial, bregando por el reconocimiento del arte de
la
edición, su profesión, ya que fue junto a Seoane uno de
los
principales innovadores del diseño gráfico en
A pesar
de que los dibujos de las tapas de De mar
a mar fueron realizados por distintos artistas, existe una cierta
“homogeneidad” en las mismas, tanto en los aspectos
iconográficos como en la resolución gráfica: todas
se
encuentran realizadas con el estilo de dibujo sutil de la línea
clara
relacionada con la producción picassiana clasicista. La
temática
-que incluye embarcaciones, pescadores y mujeres desnudas sentadas
frente al
mar- pone en imagen el título de la publicación y,
paralelamente,
algunos tópicos de la representación del exilio, como la
mirada
nostálgica y la distancia melancólica del desarraigo. A
la vez,
la presencia de centauros, sirenas y otros seres míticos remite
al
imaginario de la cultura clásica occidental que, de forma
amplia,
atraviesa las selecciones en materia visual de esta revista.
En
verdad, también se puede asociar esta iconografía
de sirenas, barcas, mares distantes y figuras míticas,
realizadas con un
fino y sutil trazo gráfico, a aquella que
había creado Seoane para las tapas, ilustraciones y marcas
tipográficas de Emecé pocos años atrás. En
ese
sello editorial creado en 1939 en Buenos Aires por
Mariano Medina del
Río y Álvaro de las Casas, Seoane tuvo un rol de gran
visibilidad, actuando como director artístico en los primeros
años
de la editorial y dirigiendo junto a Arturo Cuadrado las colecciones
Dorna, de
temas y autores gallegos, Hórreo, de temática más
amplia, y junto
a Cuadrado y
En el
caso de De mar a mar, resulta
significativo centrarse en el caso del primer número, en cuya
tapa
aparece un dibujo de Rossi y en la portada interna, uno de Seoane .
Ambas
imágenes aparecen dominadas por mujeres
desnudas, de cuerpo macizo y actitud de iniciar un movimiento con las
manos.
Las dos se encuentran en un paisaje costero apenas esbozado: en el caso
del
dibujo de Rossi, dos gaviotas sobrevuelan un velero, en el de Seoane,
la mujer
de cabellos al viento divisa un poblado lejano, al otro lado del agua.
Situadas
una de frente y la otra de espaldas, las dos con sus brazos extendidos,
parece
que ambas imágenes representaran dos caras de una misma escena
o,
más bien, señalaran cada uno de los bordes de ese espacio
–geográfico
y simbólico- delineado de mar a mar.
El
criterio de edición y la similitud del diseño otorgaron
un perfil
visual característico a una revista presentada con “formato
libro”. Tratándose de una publicación que se vinculaba a
la
esfera de los emprendimientos de editoriales cuyos sellos estaban
caracterizados, entre otras cuestiones, por lanzar colecciones y no
títulos sueltos, la elección de este formato y la
uniformidad en
su presentación pudieron haber apuntado a demostrar desde el
recurso
formal que De mar a mar
también constituía una colección literaria, a la
par de
las producidas por los restantes editores.
Este
criterio también fue sostenido en parte desde la periodicidad
que se
pretendió otorgar a la revista: si la presentación de los
siete
números que van de diciembre de
A la
vez, entre diciembre de 1943 y abril de 1944 se publicaron ocho
anuncios de De mar a mar en las páginas de Correo Literario: estas fechas pueden
dar una pauta más precisa de la época real de
aparición de
Los nuevos desastres de la guerra
Una vez
traspasada la tapa, cabe indagar acerca del espacio y
significación
otorgados a los discursos visuales en relación con el contenido
de
A la
vez, los discursos visuales tienen un lugar destacado como contraparte
de las
notas editoriales y escritos literarios o históricos -de una
profundidad
reflexiva y extensión notables en muchos casos- que hegemonizan
cuantitativamente las páginas de
En la
selección de imágenes plásticas alternan obras
“clásicas” y de la modernidad, de autores europeos y
argentinos contemporáneos. En el caso de las obras de artistas
locales,
se propone un conjunto de imágenes figurativas vinculadas a la tradición moderna en
Distintos
montajes, fotografías y reproducciones de pinturas conforman las
secciones gráficas: Testimonios
(imágenes de la guerra), Genio y
figura (retratos de personalidades), Del
linaje que no muere (reproducciones de obras de arte) y Colaboración
(reproducciones de
artistas residentes en Argentina). La dureza de
Llamados
de atención de una retórica explícita, estas
imágenes remiten de manera inconfundible -en el marco de la
situación bélica mundial- a la universalidad del dolor y
la
muerte. (15) Es indudable el
poder de estas imágenes, de
estos montajes fotográficos presentados en De mar a
mar. En este sentido, cabe retomar aquí la
reflexión de Didi-Huberman sobre el montaje –“una manera de
mostrar toda disposición como un choque de heterogeneidades.
Esto es el
montaje: no se muestra más que desmembrando”–; el
historiador francés indaga sobre este recurso discursivo
precisamente
cuando analiza el caso del Diario de
trabajo donde, desde 1938, Bertold Brecht entrelaza palabra e
imagen para
dar cuenta de su lectura de la guerra desde su posición de
exiliado. (16)
Si, como sostiene Didi-Huberman, la cuestión del montaje se
impone en la
poética brechtiana tanto en su exposición de argumentos
teóricos como en su dramatización de argumentos
históricos, pareciera que “las trincheras abiertas en
Sin
embargo, el criterio general de esta sección es más
amplio a
nivel temático, y en todos los casos apunta a repasar algunos
hitos de
la tradición artística “universal”: allí
aparecen obras de pintores españoles canónicos como Goya
y
Murillo, junto a las de otros artistas europeos. En el primer
número de
la revista confluyen un sereno desnudo
de Renoir
y un detalle de los rostros de Adán y Eva expulsados del
paraíso
en la dramática versión de Masaccio, sita en
En este
sentido, en la revista también se incluye un montaje
fotográfico
que alude a la posibilidad de destrucción de una
producción
cultural canónica: en el número seis se presenta Italia,
una secuencia en tres
registros donde se superponen numerosos aviones planeando en la
línea de
fuego, una vista en picado de un bombardeo sobre una ciudad -tan a la
distancia
que pareciera un mapa de caligrafía virtuosista- y una
última
imagen, en el registro inferior, del centro histórico de
Florencia con
sus tesoros artísticos. A continuación del fotomontaje Italia aparece “Mussolini”,
nota que festeja la caída del dictador fascista. ¿El
fotomontaje
fue realizado con anterioridad a la caída del Duce o se
realizó
expresamente para recordar el peligro latente sobre la tradición
italiana?
Este argumento se podría ver correspondido por el contenido del
texto:
¿Cómo se pudo
mantener tanto tiempo [Mussolini]? Dando gato por liebre, dando
fascismo por
Italia e Italia por fascismo. Y eso es precisamente la peor estafa que
se ha
podido hacer al pueblo italiano: especular con su tradición, con
su
capacidad creadora, con sus monumentos y pintores para, encaramado
arteramente
sobre su historia, vender en forma de camisa negra, eso, todo eso, que
el
turista contemplaba con ojos atónitos, tragándose el
anzuelo,
creyendo que existía el fascismo, cuando lo único que
había tras él era: Italia [.. .] (17)
A la
vez, volvemos a sostener que la selección de imágenes se
debió haber realizado durante los primeros tiempos de la
revista, y que
aquí se vinculó posteriormente el contenido del texto y
Recordar
desde el campo argentino un imaginario sobre el que se fundaba y
sostenía la “cultura universal” pareció ser entonces
uno de los ejes centrales, desde el aspecto visual, de este proyecto
impulsado
por intelectuales españoles exiliados y puesto en página
a
través del diseño gráfico de un exiliado italiano.
La
conjunción en De mar a mar de
un repertorio visual que abarcó tanto dibujos de reminiscencias
clasicistas
a las expresiones de la figuración argentina de aquellos
años,
pasando por imágenes del México precolombino,
Notas
(1).
Para este estudio se han consultado los ejemplares de la revista sitos
en el
Instituto de Literatura Argentina “
(2).
De acuerdo al registro testimonial de
(3). Se ha planteado a los
años 30 como
“un período entre los más fúlgidos y
fructíferos de toda la literatura española,
pródigo en
revistas y diarios de alto nivel abiertos al elemento cultural,
literario y
artístico”. Grillo, p. 448.
(4). Se
trata de “Meditación del día”, poesía escrita
en Valencia en febrero de 1937 y publicada en La guerra,
Madrid, Espasa-Calpe, 1937. Allí Machado
suscribe:
[…] La guerra
viene como un huracán
por los páramos del alto Duero,
por la llanuras de pan llevar,
desde
a estos jardines del limonar,
desde los grises cielos astures
a las marismas de luz y sal.
Pienso en Espafia vendida toda
de río a
río, de monte a monte, de mar a mar […].
(5).
Esta orientación hacia una lectura amplia de “lo
español” difiere de otros emprendimientos posteriores, con
perspectivas más particularizadas, como el caso de Galicia
emigrante, dirigida por Seoane entre 1954 y 1959.
(6).
El texto figura como anónimo, [Lorenzo Varela?]:
“Editorial”, De mar a mar,
a. 1, n. 1, diciembre de 1942, pp. 5-6.
(7).
Texto anónimo, [Lorenzo Varela?]: “Miguel Hernández”,
De mar a mar, a. 1, n. 1, diciembre
de 1942, p. 7.
(8).
Por entonces, en diciembre
de 1942, se edita en Buenos Aires El rayo que no cesa y otros poemas (1934-1936), con prólogo y epílogo
biográfico de
Rafael Alberti. Este volumen se incluyó en
(9).
Texto anónimo: “Antonio Machado. Quinto aniversario de su
muerte”, De mar a mar, a.2, n.
2, enero de 1943, p. 7.
(10). Ver
José Luis Romero.
“América o la existencia de un continente”. De mar
a mar, a. 2, n. 7, junio de 1943, pp.
11-20.
(12).
También Rossi tuvo a su cuidado la edición de Eh!
Los toros, ya mencionada.
(13).
La nota culmina: “Ernesto Sábato, con esa predestinación
suya a equivocarse, quizá por querer ser original sin serlo, o
por
querer jugar con el humor y la psicología, siendo buen
físico, se
equivoca una vez más en su Calendario de ‘Sur’, num.
102, al extractar la nota de [Ramón] Gaya”. Attilio Rossi.
“Una ligereza de Ramón Gaya y una equivocación de Ernesto
Sábato”, De mar a mar, a.
2, n. 4, marzo de 1943, p. 38. El
comentario refiere a la incorrecta interpretación que
efectúa
Gaya en Letras de México sobre
la edición de Españoles de
tres mundos.
(14).
Esta imagen que
apareció en el número tres de De
mar a mar (marzo de 1943), ocupó en 1946 la tapa del libro Imágenes de España, con
fotografías de Suárez y de Juan Sandelmann. Este volumen
-editado
en Buenos Aires por
(15).
La selección y realización de este conjunto de
imágenes
debió haber sido realizado al momento del lanzamiento del plan
de
edición, junto con el diseño de las tapas.
(16).
Didi-Huberman comenta el uso por parte de Brecht de “imágenes de
todo tipo: reproducciones de obras de arte, fotografías de
guerra
aérea, recortes de prensa, rostros de sus prójimos,
esquemas
científicos, cadáveres de soldados en los campos de
batalla,
retratos de dirigentes políticos, estadísticas, ciudades
en
ruinas, escenas bélicas, naturalezas muertas, gráficos
económicos, paisajes, obras de arte víctimas del
vandalismo de la
violencia militar… Con esta heterogeneidad muy calculada, en general
sacada de la prensa ilustrada de la época, Brecht participa del
arte del
fotomontaje”. Didi-Huberman, p. 31.
(17). Anónimo,
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