González González, Luis Mariano. Fascismo, Kitsch y cine histórico español (1939-1953). Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2009. 254 pp.     

El cine español de la democracia ha recibido muchísima más atención que el realizado durante la autarquía franquista (1939-1952), cuya historización crítica está por hacer. Sin duda, uno de los motivos fundamentales de este abandono es que hasta hace poco, la crítica pasaba por alto este cine dada su carga ideológica y su carácter apologético. A ello se le une, según la crítica, un valor testimonial marginal pues el cine de esta época, en general, rehuía de la representación de la dura realidad contemporánea, privilegiando una recreación histórica que explicitaba mensajes reaccionarios que chocan con sensibilidades modernas más progresistas. El valor del estudio de Luis González es no sólo rescatar este cine y definirlo dentro de su propia lógica histórica, sino a la vez demostrar que esta producción cinematográfica, lejos de someterse a una única lectura apriorística, presenta ciertas grietas a través de las cuales son posibles lecturas políticas alternativas. El estudio, por lo tanto, no sólo valora el carácter de este cine como objeto crítico de estudio, sino que a la vez, pone de relieve los prejuicios críticos que han subestimado y encasillado su consideración crítica, poniendo de relieve a la vez la disensión política de una producción cuyos pensamientos se dirigían  más a “agradar a los responsables de la dictadura, que eran los que tenían que dar el visto bueno, que en el público que iba a verlas” (234).

El estudio se centra en analizar esta producción de cine histórico desde las relaciones entre kitsch y fascismo, lo cual lleva al autor a establecer una rigurosa definición de ambos y su pertinencia en el análisis. Partiendo de Neocleous, Gramsci, Eco, Paxton y Preston, el autor del estudio desecha la ambigüedad de la crítica a la hora de establecer la naturaleza ideológica del franquismo. Al contrario, González enfatiza cómo la versión política española en los primeros años de posguerra, encarnada por el franquismo, se ajusta a la definición general de fascismo.

Este se caracteriza por ser un movimiento político-social vinculado a la modernidad, con una paradójica mirada no sólo hacia el pasado, mitificado y estancado en el tiempo, sino también hacia el futuro. Todo ello, estructurado a través de un brutal nacionalismo que se nutre de una retórica imperialista que hace de la guerra un elemento contrarrevolucionario esencial. Por otra parte, partiendo de la caracterización de Kitsch de críticos como Sontag, Friedländer y Calinescu, entre otros, González define el Kitsch franquista como una estética que "funde y confunde lo sentimental con lo patriótico, creando un artefacto cultural que viene signado tanto por su carácter artificial como por su función netamente propagandística al servicio de la ideología reaccionaria hegemónica en la posguerra" (35). En ella, la guerra se considera elemento central y positivo, percibida desde una estética nostálgica. Añade González que la pretensión de esta estética no es otra que la de crear una cultura nacional-popular que domine y someta el ámbito cultural de la posguerra a los parámetros ideológicos del régimen.

Fascismo, Kitsch y cine histórico español (1939-1953) está dividido en tres capítulos que se corresponden con tres períodos históricos: la Edad Media (711-1492), la Etapa Imperial (1492-1700) y la Edad Moderna (1700-1814). Los capítulos configuran con rigurosa meticulosidad un análisis de nueve películas: Amaya (Luis Marquina, 1953), Reina Santa (Rafael Gil y Aníbal Contreiras, 1947) e Inés de Castro (J.M. Leitão de Barros, 1944) en las que se retoma y reinventa el medievo español; la España Imperial se recrea en Locura de amor (1948), La leona de Castilla (1951) y Alba de América (1951), todas ellas dirigidas por Juan de Orduña; por último, La princesa de Ursinos (Luis Lucia, 1947) que recrea la guerra de sucesión de Felipe IV, y Agustina de Aragón (Juan de Orduña, 1950) y Lola la piconera (Luis Lucia, 1955) que se centran en la guerra de la independencia. González es consciente de que existen otras películas que podrían haber sido incluídas en estas categorías y justifica su ausencia, si bien las menciona, en pro de un análisis pormenorizado de unas pocas. Por otro lado, el corpus seleccionado ofrece coherencia por su coincidencia nostálgica por una España pasada idealizada, por su sentimiento patriotero, por la valoración del sacrificio personal y por una estilización de la muerte. A la vez, todas las películas analizadas, excepto dos, son producciones de CIFESA y cuatro de ellas son del mismo director. Características todas ellas que otorgan consistencia a la selección de filmes y continuidad a los tres capítulos.

La obra de González parte de una aproximación teórica múltiple que abarca tanto el postestructuralismo como los estudios culturales y estudios cinematográficos. Su estudio ofrece por primera vez un análisis conjunto del cine histórico autárquico, para demostrar convincentemente que es un error desestimar este tipo de cine por una única lectura apriorística que las reduce a meros vehículos de propaganda del régimen. Frente a esta tendencia generalizada en la bibliografía dedicada al estudio de este cine, González demuestra de forma convincente que estas películas presentan grietas que permiten otras lecturas. Estas se construyen ya por medios estéticos como  en el caso de Reina santa e Inés de Castro, que recuperan técnicas del expresionismo alemán, a cuestiones de identidad sexual con la insinuación de lesbianismo en Inés de Castro. A la vez, Alba de América evidencia un cuestionamiento de la empresa colonial, dejando ver el interés económico junto al evangelizador, mientras La leona de Castilla ofrece un enfrentamiento entre un nostálgico nacionalismo y el discurso imperialista. Finalmente, la lectura que hace González de las películas encuadradas en el último capítulo le permite afirmar que las películas presentan sutilmente una historia española que tiene una vertiente europea y transnacional que va en contra del discurso hegemónico nacionalista y aislacionista de la España de la autarquía.

Fascismo, Kitsch y cine histórico español (1939-1953) es un estudio bien escrito. Defiende con argumentos sólidos lo erróneo de la interpretación crítica que ha encajonado y minusvalorado los valores cinematográficos, ideológicos y estéticos de estos filmes, cegada por la apriorística catalogación de productos culturales al mero servicio de la ideología franquista. El hecho de ser el primer estudio que recoge este tipo de cinematografía en conjunto  y el de ofrecer potenciales lecturas desestabilizadoras en el monolítico constructo cultural franquista, hace esta obra una lectura obligatoria para el especialista que quiera conocer en profundidad el cine español de esta época.

Lourdes Casas
Central Connecticut State University

           

Connecticut State University