Siskind, Mario. Cosmopolitan desires. Global modernity and World Literature in Latin América. Evanton, North
Western University Press,
2014, 357pp. ISBN: 978-0-8101-2990-0
El libro Cosmopolitan
desires de Mario Siskind
presenta un interesante estudio sobre el complejo tramado de relaciones que a
partir de finales del siglo XIX y a lo largo de la primera mitad del XX,
reconfiguran el posicionamiento de la literatura latinoamericana dentro de un
panorama global. La problemática central que Siskind
aborda en su bien documentado estudio es la de la apertura de la literatura
latinoamericana hacia un espacio cultural que difumina las fronteras
nacionales, regionales, lingüísticas y culturales, y busca conquistar un lugar
en el horizonte más abarcador de la literatura mundial. El impulso cosmopolita
lo rastrea Siskind en lo que él denomina como “deseo
de mundo”, y que define como una práctica ideológica y discursiva que los escritores
e intelectuales latinoamericanos finiseculares – así como también los
iniciadores del realismo mágico – adoptan con el fin de subvertir las
“estructuras europeas de dominación hegemónica” y los “patrones de
auto-marginación nacionalista” (Siskind, 6).
A pesar de que la bibliografía sobre el “cosmopolitismo”
y las relaciones Latinoamérica-Europa es bastante amplia y tiene ya una larga
tradición dentro de los estudios literarios y culturales, el libro de Siskind tiene el valor de retrazar
la evolución de la idea de “universalismo” en el continente e historizar las lecturas críticas sobre este fenómeno para
adoptar una perspectiva que se desmarca de planteamientos que, a su juicio, no
permiten comprender con justeza el fenómeno en cuestión. El autor hace una
lectura crítica de las propuestas de críticos como Pedro Henriquez
Ureña, José Enrique Rodó, Antonio Cándido, Beatriz Sarlo
y Ángel Rama. Siskind es particularmente crítico con
Rama, puesto que plantea que la dialéctica de “transculturación” propuesta por
el intelectual uruguayo no contribuye a resolver la oposición entre el apego a
“lo particular” y la búsqueda de “universalismo”, sino que “reproduce” y
“refuerza” la tensión entre las dos tendencias. Es por esta razón que Siskind ofrece una salida teórica alternativa, que es la de
replantear el debate en el contexto de la “Literatura Mundial”. El concepto lo
retoma de críticos como Moretti, Damrosch,
Spivak – quienes a su vez retoman y popularizan en
nuestro siglo la idea expuesta por Goethe a principios del XIX –. La idea de
Literatura Mundial le permite a Siskind llevar la
discusión a un terreno conceptual más comprensivo y con un mayor “potencial de
inclusión” que podría “aportar un conjunto de marcos de inteligibilidad productivos
capaces de iluminar los puntos de unión transculturales y transhistóricos
de los procesos materiales e imaginarios de los cuales emerge la literatura
latinoamericana moderna” (14).
El libro está estructurado en dos partes cuyo
vínculo, como el mismo autor lo hace explícito, no es cronológico sino teórico
(Siskind, 8). En la primera el autor se ocupa
principalmente de la cuestión de la globalización del género novelesco y de la
popularización mundial del realismo mágico. Siskind
dedica los primeros capítulos de esta primera parte a un análisis de la
producción material de textos y a las condiciones de posibilidad que
permitieron la popularización mundial de una forma literaria que, por su
capacidad de vehicular las ideas de modernidad y la ideología burguesa
imperantes en Europa se convierte en un medio de perpetuación de la hegemonía
Europea en América Latina y en otros ámbitos periféricos de Asia y África. Siskind sostiene que la novela, al convertirse en un
significante de lo moderno, busca ser apropiada por parte de culturas periféricas
con el fin de acercarse, por medio de este género, a una experiencia de lo
moderno. Para ilustrar su tesis y encaminar la exposición de su argumento al
plano latinoaméricano, el autor recurre al ejemplo de
Faustino Sarmiento. Su postulado y el ejemplo propuestos no representan una
novedad en sí mismos – ya otros críticos que el autor mismo cita (Beatriz Sarlo, Doris Sommers, Ricardo Piglia), han estudiado la visión y los métodos
modernizadores de Sarmiento –. Lo que llama la atención en la propuesta de Siskind es el giro analítico que propone. Retomando una
idea de Gramsci, interpreta el proceso de
“adaptación” periférica del género novelesco no como una imposición hegemónica
y unilateral de formas culturales, sino más bien como un proceso de
“traducción” que supone una participación activa por parte del receptor, quien
“adapta” este género a las condiciones y posibilidades de su medio para luego
reinscribirlo en el orden hegemónico del que proviene.
En el apartado siguiente de este primer capítulo,
Siskind desarrolla su idea de la “novelización
de lo global”. Mediante un estudio comparativo en el cual analiza las novelas
de Julio Verne y una novela poco conocida de Eduardo Holmberg,
El viaje maravilloso del Señor Nic-Nac, el crítico revela el contraste entre el
imaginario de lo global presentado en las novelas del escritor francés – que a
su juicio son una materialización de la ideología burguesa europea – y la
articulación del mundo en el espacio ficcional de la novela de Holmberg. La intención de Siskind,
además de presentar el contraste entre la construcción de un imaginario global
en un autor europeo y un autor latinoamericano, es la de plantear una reflexión
sobre las posibilidades y los límites que se les presentan a los escritores
periféricos que adaptan a sus situaciones particulares los modelos importados
desde un núcleo hegemónico cuyas condiciones son radicalmente diferentes.
Ahora bien, si en el caso de la novela de Holmberg la adaptación del modelo novelesco europeo revela la
evidencia de un límite, sucede lo contrario con las creaciones Latinoamericanas
del Boom. En ellas, el autor subraya una activa adaptación del género novelesco
que gracias a sus dinámicas discursivas y su popularización logra replantear
las dinámicas de hegemonía cultural europeas. La pregunta que Siskind intenta abordar en este apartado es la de cómo y
por qué la narrativa inaugurada por el realismo mágico alcanza una resonancia
mundial. La respuesta a la que llega el autor, luego de un análisis crítico de
la recepción del realismo mágico en el contexto del poscolonialismo
es la siguiente: la naturaleza global del realismo mágico no debe buscarse
únicamente en sus características formales – o ideológicas – sino en sus
trayectorias globales concretas y en las huellas que deja mediante las
traducciones y reescrituras que construyen la materialidad de su mundo (Siskind 61). La novedad de este postulado es que constituye
una respuesta a la lógica del poscolonialismo que,
sin abandonar del todo sus debates y propuestas, sitúa la discusión en el plano
de la Literatura Mundial por medio de un estudio concreto de la circulación de
los textos de este género latinoamericano en otros ámbitos periféricos en los
cuales sus estrategias de “naturalización” de lo local hallan una resonancia
creativa.
La segunda parte de Cosmopolitan desires se concentra en el
estudio de las prácticas discursivas de los escritores modernistas y sus
configuraciones cosmopolitas. Siskind se concentra en
un análisis juicioso de escritos programáticos, textos poéticos y también de las
crónicas de viajes modernistas, que busca comprender dentro del marco de una Literatura
Mundial. Es en este apartado en el que Siskind trata
directamente la idea anunciada como principio rector de su libro: el “deseo de
mundo”. Siguiendo a Silvia Molloy, el autor parte de
la idea de que los poetas finiseculares del continente comienzan a operar a
partir de lo que ellos perciben como un “vacío cultural” dentro de su propio
medio, para construir de forma individual y basándose en una apropiación de
elementos foráneos, una subjetividad cosmopolita que intenta compaginarse por
medio de sus prácticas estéticas con el horizonte de modernidad europeo. La
novedad y el aporte que Siskind trae a los estudios
del cosmopolitismo latinoamericano podrían resumirse en tres puntos:
En primer lugar, al integrar las prácticas
discursivas del modernismo dentro del marco de la Literatura Mundial, cambia el
paradigma de relación con lo “otro”, lo “foráneo”, lo “exótico”. En el discurso
cosmopolita, la referencia a literaturas extranjeras, sostiene Siskind, no implica un sentimiento de otredad sino, por el
contrario, de “familiaridad” en tanto éstas participan de una misma comunidad
en el plano de la sensibilidad moderna (Siskind). Al
situarse, pues, en un nivel de paridad con las referencias literarias a las que
invoca, el escritor Latinoaméricano reclama un
estatuto de paridad con las mismas, reduciendo la brecha de diferencia que, de
otra forma, reafirmaría su aislamiento del contexto moderno.
El segundo aporte importante de Siskind consiste en la juiciosa revisión histórica de la
aparición y evolución de ese “deseo de mundo” en Latinoamérica. Toma como punto
de partida un artículo poco conocido de Martí, en el que trata sobre una
conferencia de Wilde en Nueva York en 1882. En esta crónica, el académico
rastrea el primer llamado a participar activamente en la modernización cultural
del continente mediante la apertura a literaturas extranjeras. Para Siskind, este escrito del cubano es el texto en el que se
articula por primera vez la idea de “Literatura Mundial” en las letras del
continente. En los apartados siguientes se establece un interesante diálogo
entre el texto ya mencionado y las propuestas de Gutiérrez Nájera, Gómez
Carrillo y Baldomero Sanín Cano, quienes articulan de forma individual la
necesidad de modernización por medio de una inscripción dentro del contexto de
la Literatura Mundial. Tanto el rastreo de ensayos críticos que trazan el mapa
de la evolución de la idea del cosmpolitismo como la
lúcida interpretación que hace de las contradicciones que delatan la tensión
entre universalismo y particularismo en Latinoamérica, resultan un gran aporte
para los estudios sobre el modernismo.
El tercer aspecto importante en esta segunda
parte es la lectura que logra hacer a través de la obra de Rubén Darío, sobre
la configuración de Francia como un significante de lo moderno que se establece
como “medida de comparación” y “punto de mira” hacia otros horizontes tanto en
Asia como en África. Al señalar esta problemática pone nuevamente de relieve,
los tópicos de la “imitación”, “apropiación” y “traducción” de estéticas hegemónicas
a través de las cuales no solamente Darío, sino también otros de los escritores
contemporáneos ya mencionados como Gómez Carrillo y Nájera, buscan conquistar
su estatuto de modernidad. Siskind señala con
pertinencia la mediación del espacio imaginario de Francia como centro
hegemónico en la configuración de la idea de lo universal. Una de las ideas más
interesantes de su estudio es la de observar la presencia de Francia como una
figura ambivalente que actúa simultáneamente como catalizador y obstáculo en la
búsqueda de un acceso al espacio de lo moderno.
Las anteriores consideraciones, le permiten a Siskind articular una sección final sobre el Orientalismo,
prestando especial atención a los textos de viaje de Gómez Carrillo. El hecho de abordar la obra
literaria de esta figura marginada del canon modernista ya constituye en sí
mismo un valioso aporte, y lo es tanto más gracias a la perspectiva crítica que
escoge para leer sus textos. Retomando la idea de reconfiguración del “otro”
como una figura “familiar”, expone la idea de un “orientalismo con matiz ético”
reconocible en sus crónicas. El matiz “ético” en la visión orientalista contrasta
con la idea de que la construcción del “otro” en los textos cosmopolitas y
exotistas responden siempre a una lógica colonizadora y hegemónica.
Concluyendo, Cosmopolitan desires es un estudio valioso, bien documentado y que propone un pertinente y actualizado acercamiento teórico para comprender una problemática crucial en el desarrollo de la literatura América Latina desde finales del siglo XIX. Si bien la primera parte puede resultar de mayor interés para los estudiosos de la novela del Boom y del Realismo Mágico, y la segunda para el medio especializado en la poesía del Modernismo, leído en su conjunto el libro de Siskind brinda una perspectiva bastante acertada para comprender la red de relaciones que vinculan la literatura de Latinoamérica con el contexto más amplio de la Literatura Mundial.
Lehman College, CUNY